martes, 23 de mayo de 2017

Escribo porque vida

No sé
Ni cómo
Ni por qué
Empecé este vicio que cada día me engancha más
Me tiene cogida por las pestañas,
Por la vida,
Por el simple hecho de que mis noches se vuelvan bohemias
Lúgubres
Tan llenas de tinta, de plumas, de fénix.
Parece ser que es mejor tener virtudes que vicios
Las virtudes son eternas
Los vicios solo son pasajeros de un tren que solo lleva ruinas,
Que solo lleva disfraces de drogas sintéticas
De hierbas,
De cucharas
Y podría seguir mil versos más vistiendo a mis vicios de prejuicios de bolsillo
Que no tienen nada que ver con lo que se siente al inyectarse un chute de poesía en las putas venas,
En las legañas dormidas,
En los cantos de sirena
En mi corazón molido
Adolescente
Y triste
Como el poeta que escribe
Como la musa que se desviste
Como yo cuando a media luz
Gasto
Invierto
Y reembolso
Mi tiempo y mi vida.
Escribir
Se ha vuelto mi vicio más rutinario, mi vicio más desnudo
El único por el que daría un verso a un desconocido
Y le cosería la boca al destino con un par de metáforas que siempre guardo bajo la manga.
Supongo que siempre he sido irónicamente hablando
Un desastre
Sarcásticamente soñando
Una sirena varada en un mar negro
De tinta azabache
De vida bajo la lluvia de letras.
Escribo al fin y al principio
Porque la vida tiene demasiados peldaños en blanco,
Demasiadas cabezas vacías
Y más de una palabra por inventar.
Escribo porque, gracias a mi duende,
He conocido a dos estrellas fugaces
Y no solo en una noche, sino en todas,
Porque son deseo
Son
Y están siempre.
Escribo porque no me dejaron elegir tener dos corazones y media boca,
Escribo porque la risa
El llanto
Escribo porque causas
Porque consecuencias
Escribo porque beso,
Escribo porque vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario