lunes, 13 de octubre de 2014

Quiz(ases)

    Quizás hace unos meses te hubiera pedido que vinieras con tus palabras dulces y tus miradas plagadas de cariño.

    Quizás nos hubiéramos pasado la tarde entera entre abrazos y caricias, entre besos y versos.
Te hubiera preparado un café aunque yo sea más de cervezas y tu prefieras las rubias.
Puede que el tiempo se nos pasará volando, o tal vez no fuera el tiempo sino nosotros entre las sábanas de mi cama.

    Y te prometo que hubiera puesto la mano en el fuego por cada una de las pecas que inundan tu nariz, por cada palabra malsonante que sale de tu boca cada vez que discutimos, porque siempre acabamos ardiendo y no sé como cojones salimos de este incendio permanente.
Quizás el mes pasado o incluso ayer te hubiera abierto de par en par la verja electrificada que mantiene mi corazón a salvo, incluso lo hubiera ordenado para hacerte un hueco.




                                                                           Hoy no.

    Y lamentablemente no es este jodido invierno el que me hace ser tan fría.
Estoy palpitando cada palabra, para que la próxima vez que vengas pidiendo perdón y soltando te quieros como que fueran balas pérdidas, este corazón se haya quedado apagado o este fuera de cobertura.

    Hoy no te voy a dar gracias por tu visita, es más, mejor ni vuelvas.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Puedo escribir los versos más tristes esta noche...

   Con el tiempo aprendemos demasiadas cosas, muchas de ellas a destiempo.

   Salimos con la intención de comernos el mundo y nos cosen a dentelladas antes de cruzar el primer semáforo.

    Volamos en pájaros de acero, cuando las verdaderas alas las hemos atado nosotros mismos al suelo, con clavos ardiendo.

    Todo el mundo presume de principios, pero a ver quien tiene cojones a hablar de sus finales.

    Nos crean ideales perfectos, con sus películas americanas y sus bailes de fin de curso con beso incluido.

    Y abres los ojos y el instituto es una puta cárcel, y el beso... El beso es tan efímero como un sábado por la noche.
 
    Lamentablemente hay almohadas con más historias reveladas y secretos que muchas personas y es que nos fijamos en la única crisis que podemos salvar mientras olvidamos que nos hundimos moralmente y hemos puesto en venta la confianza y el amor.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Punto y Principio

    Dicen que los principios siempre son difíciles, quizás esa sea la razón por la cual odiamos tanto los jodidos lunes, porque implican el comienzo de algo.
Siempre he pensado que la noche del domingo es semejante a la muerte dulce, sin agonías pero con el mismo trágico final, un lunes.

    Las mañanas de lunes , en la ciudad del frío , son como las mañanas del martes, del miércoles...

Todas ellas pasadas por un frío de cojones y un ambiente bastante amargo.
Las caras de los transeúntes parecen sacadas de una mala película de suspense, estatuas de piel y emociones.
El frío provoca el abrigo de los corazones que antes se llevaban desabrochados, pero tal vez y aunque duela, la causa no sea el frío, sino la hostilidad y crueldad con la que se está cociendo el mundo últimamente.

    Esto me lleva a pensar que confundimos conceptos, nos abrigamos por miedo, no por frío y nos jode la dificultad de los comienzos, no ellos en sí.

Irónicamente abrazamos por miedo y comenzamos algo por ponernos en la vida más dificultades que saber sobrepasar la resaca del domingo, que aguantar con 6 cigarrillos la noche del sábado , que partirse la boca con la bici.

    Y así estamos buscando maniquís a los que abrazar y caminos barrancosos en los que esperar sentados, mientras esta puta vida sigue de servicio en una esquina.






miércoles, 16 de julio de 2014

Hope is the only thing stronger than fear

Había perdido la dirección de mi vida , buscaba en cada piedra del camino una razón por la que mereciera la pena levantarse y seguir adelante, por la que mirar al pasado con una sonrisa picarona y decirles a todos “Eh, os jodeis, al final conseguí ser feliz.”

Pero cada vez que me caía, levantarme se convertía en un verdadero obstáculo, casi más que la caída.

Me gustaba esconderme en mi habitación y escudriñar en el espejo cada poro de mi piel, cada imperfección de mi ombligo, los pliegues de grasa que se acumulaban entre mis caderas y mis piernas, ese bulto que había salido debajo de mi pecho y que me convertía en la mujer destinada al fracaso… O eso llegué a pensar.

Me plantaba mis gafas de pasta, y ojalá nunca me las hubiera puesto, el mundo de mi miopía se veía mucho más claro, que irónico ¿No?
Carecía de opinión propia, de autoestima, me ahogaba la rutina, la monotonía , el ruido de los coches aplastaba cada uno de mis pasos…

Llegó un día en el que decidí pararme, cogí mis miedos y los lancé desde un noveno, quemé todas aquellas palabras que me habían herido, que habían hecho que mis brazos parecieran vías de tren.

Sí, llegó el día en el que decidí que aquella niña no podía seguir en esa burbuja de rabia e impotencia, llegó el día en el que exploté mi burbuja y grité :

¡IROS TODOS A TOMAR POR CULO!


Grité como nunca lo había hecho, deshice mi coleta, me quite las gafas, cogí las alpino y me pinté el pelo, me agujeree la nariz para respirar mejor,para que jamás lograrán ahogarme. Por si esto fuera poco siempre llevo un trocito de sol en mi piel, por si la puta oscuridad acecha.
Ya veis, todo mi envoltorio tiene causas y consecuencias,  como todo en esta vida supongo.

Pero lo mejor de todo es que ya no tenía miedo, ya no tengo miedo.


martes, 24 de junio de 2014

Faltas de agradecimiento llenas de recuerdos

    23-VI-2014

   Un día nublado

    Quién cojones diría que ya ha empezado el verano.

    Supongo que es la única excusa que tengo para rayarme en estos días, que están llenos de amigos y fiesta, el cielo gris.
    Me ha pillado desprevenida esta lluvia de recuerdos, y he acabado empapada.

    Recuerdo el primer día que empezamos a hablar, conversaciones estúpidas, pero conectamos de un modo automático, yo sabía cuando  tú estabas mal, y tu  sabias cuando yo necesitaba estar bien, polos opuestos y a la vez tan jodidamente iguales.
Peleábamos por todo y a la vez  por casi nada, por si Burgos no merecía la pena o era tu manera de mirarla, por si el café era para mí algo más que el simple color que inunda mis ojos, igual que el mar era para ti la firma perfecta de tu mirada, a veces también discutíamos temas actuales, deportes que incluso se convirtieron en apuestas

    Muchas veces he escrito en tercera  persona por miedo, por miedo a darme cuenta de que era mi historia la que estaba contando… bueno más bien la nuestra.
Me solía llamar ella, un pronombre que me alejaba de todo esto que hoy me ha dado por recordar, todo esto que un día me sacaba de la oscuridad y hoy me envuelve en truenos y relámpagos, mi continuo monotema, mi continua tormenta de verano.

    No es que sienta lo mismo que los primeros meses, el tiempo cambia a la gente y supongo que esta vez no he sido la excepción, claro que te quiero, es mas a veces me cuestiono como te puedo querer de esta manera tan abstracta.
Muchos días sueño con despertarme y ver que has sido un estúpido sueño, un simple olograma del que un día me enamore platónicamente, pero solo eso  , un personaje ficticio de mis sueños.

    Tan lejos y cerca como enero y diciembre, como tu polo y mi sur.

    Supongo que hoy mi corazón escribe sobre ti, pero lo hace de manera inconsciente, te convertiste en el único que podía y sabía hacerme escribir, que dibujaba nuestros abrazos antes que dármelos , que me hacía temblar con tan solo pasar los dedos por su pantalla del iphone.

     Hoy eres ese amigo del que escribo, esa persona de la que me enamore un día, y hoy sigo dando gracias por tenerla a mi lado, porque se quede un rato más por las noches, por seguir haciéndome reír, por seguir siendo el mismo capullo que me anima cuando más lo necesito.

domingo, 25 de mayo de 2014

Huyendo de mi duende


    Sus latidos parecían de cristal , pequeños impulsos sobre sus venas.

   Era admirable la manera con la que me sacaba de quicio, hacía estremecer hasta las sonrisas más contrariadas.

    Era de esas personas que te hacen temblar con una sola mirada, sus pupilas dilatadas que deleitaban a cualquiera que se parará a contemplarlas un instante.
   Sus abrazos rozaban los límites de la realidad , subjetivos como su forma de reír.
      Convertía cada uno de sus pasos en una coreografía, estaba acostumbrado a ser el centro de atención, adaptar cada uno de sus defectos, sin darse cuenta, era un código que él mismo se había impuesto.
    La cabeza bien alta, los pies mas bien en el aire y el corazón bien abrochado, por si las moscas.
Su mayor vicio era perderse daba igual el sitio, en ocasiones eran labios , otras eran lugares, despistar.

   Su mayor virtud ....Dejar sin palabras

   Ridiculizaba todo aquello que denomina la sociedad como decente, decidía que hacer al momento para sentirse más libre.
   Era el completo desconocido que no desearías haber conocido nunca, terriblemente encantador.

Generación pérdida


  Vivimos almacenando momentos , instantes , recuerdos , con los pies en el presente y el corazón en el pasado.
  Vivimos llenos de dudas , olvidándonos de vivir el día a día.

   Sí...
 
   Más que vivir , malvivimos.
  Desgastamos las aceras de una ciudad que ni si quiera conocemos , no llegaremos a saludar jamás a esa persona que siempre nos cruzamos en el paso de cebra , porque estaremos atormentados porque es lunes , porque empieza otro mes absurdo , porque el cielo podría ser más azul...
   Dejamos a un lado el juego de cruzar miradas , el teñir los pómulos de rojo , el soñar con los ojos abiertos.

   Vivimos en un mundo de idiotas.
 
   Avergonzándonos por cada error cometido , huyendo de esa parada de bus que nos rompió por dentro hace unos meses , somos como trenes que nunca volverán o quizás que se han parado para siempre.
 
   Y es que en muchas ocasiones confundimos un hasta siempre con un hasta nunca, sin cerciorarnos de que en uno ponemos de firma hasta el último latido y en el otro ya no nos queda corazón ni tinta con la que firmar la despedida.

lunes, 19 de mayo de 2014

Corazones de hojalata

    Partir en dos un corazón se está poniendo de moda en esta puta sociedad.
Herirlo hasta dejarlo en carne viva, curarlo a base de tequilas, hervirlo hasta desinfectarlo.
Tantas personas andan por el mundo con el corazón podrido, con el órgano atado simplemente a la biología de la vida, de hacer funcionar el cuerpo.
Zombies de sentimientos, ególatras de su propia existencia y de nada más.
Son títeres profesionales de los sentimientos, de las emociones de los otros, manipulando cada una de las partidas, porque sí, para ellos es un simple juego.

Nos hacen perder todo, lo hunden todo, lo matan todo.

    Y la vida después del golpe solo consiste en eso, en rescatar cada trocito que antes era suyo, colocar los destrozos, pegar cada descolchón del cuerpo.
Volver a ser mía, y no solo suya, porque por mucho que me joda nunca fuimos un nosotros y nunca lo seremos.
Comprender que cada puerta de emergencia también es un nuevo comienzo, porque a veces de los peores finales, tienen principio las mejores historias.
Y sí, ni vivimos felices, ni comimos perdices, ni esto fue un cuento, o tal vez sí.

Hoy la duda consume cada uno de mis límites, cada una de las razones que me hacía quererte y que hoy me lleva a odiarte.

    Quizases que se quedaron en ojalas, promesas que para mi si que  lo eran y que para ti solo fueron un jodido formulario más.
Llamarme ilusa, inocente, estúpida es lo único que me consuela ahora, que no pude mirar más allá de lo que sentía y la ostia me ha partido la cara, lo peor es que las heridas que más escuecen no se ven, porque has llenado mi cuerpo de yagas, cicatrices que con el tiempo me harán más fuerte pero que hoy me hacen ser soberanamente frágil.

La rabia y la tristeza se han instigado en mi cuerpo:
Rabia por haber sentido, tristeza por habermelo creído.

No me va a costar olvidarte ¿Ves? Ya estoy sonriendo otra vez.



domingo, 18 de mayo de 2014

Tal Vez...

       ¿Cuántas veces hemos dicho hasta nunca, sin saber las consecuencias que estas dos    palabras traían consigo?

    Más de una vez he ahogado mis penas en caladas, buscando detrás de cada una, razones por las que no comerme el orgullo y pedirte que vuelvas.
De vez en cuando me paro a mirar los ojos de la gente buscando esa mirada que me llenará tanto como la tuya, esas pupilas perdidas, unos ojos cuyo color fuese indescriptible.
Muchas veces he intentado desaparecer bajo las letras, fundirme con el folio y volverme invisible.
Cuantas veces he buscado las palabras correctas sabiendo con certeza que ninguna de ellas me haría tanta compañía como tú.

Vivo entre ojalas...

    Ojala vuelvas, ojala me extrañes, ojala esto no sea definitivo...
El miedo me arropa todas las noches ¿Sabes? Y yo me hundo bajo las sábanas porque tengo frío.
Es injusto tener que disfrutar de tu presencia solo en sueños, sueños que cada vez duran menos, porque dicen que lo que soñamos se hace realidad, pero nunca me contaron que mi realidad se iba a venir a dormir conmigo, se iba a convertir en otro sueño utópico.
Decías que dormir era de cobardes, que es la mejor manera de escapar de los problemas, no tuviste en cuenta que la palabra insomnio iba asociada a tu nombre.
Los párpados cada vez se cierran más deprisa, será que llueve demasiado en esta habitación.
Y cuanto más trato de alejarte, más cerca te tengo, porque todo me recuerda a ti.
Supongo que a la tercera va la vencida, y yo me rendí a la segunda, que he perdido antes el pánico a las agujas que al hecho de tenerte.

Tenerte era...

    Que difícil se me hace hablarte en pasado, joder.
¿Por qué tuve que dejar mi corazón en el pasado mientras mis pies seguían en esta vida?
Solo espero que estes bien, que sigas igual de gigante, que vuelvas a tener esa sonrisa.
No te preocupes por este pequeño gnomo, al ser tan pequeña me es más fácil esquivar los golpes.
Puede que este no sea un adiós maquillado de hasta luego, que tenga que aprender yo sola a despintar el gris que invade mis días...

Solo me queda un gracias, que ilusa , como si en una palabra se pudieran englobar todos los momentos.

jueves, 15 de mayo de 2014

Ella

Ella era una chica con un carácter peculiar, la gustaba parecer de acero que jamás podrían derribarla , pero en realidad su piel era porcelana.
La gustaba guardar los sentimientos para el final, como cuando guardas algo que te gusta demasiado y prefieres que sea lo último que se termine.
Así ella almacenaba todo dentro de su reloj rojo.

A veces había intentado pararlo a través de sus muñecas, pero se tatuó un sol para que la lluvia no la atormentase más.

Su reloj...

Era un reloj especial, había soportado muchas cosas, pero lo más característico de su reloj es que no estaba protegido por ninguna carcasa, ella lo llevaba abierto, porque siempre puedes encontrar momentos que te llenen de tiempo, lo que ella había tardado en aprender es que hay otras veces en las que la vida nos roba el tiempo, nos hace desperdiciarlo e incluso venderlo.

Los sentimientos los metía entre los engranajes, para que su reloj siguiera latiendo.

Ella se consideraba una muñeca, pues vivía condicionada por los cuentos de hadas, por la búsqueda incansable de su príncipe azul o de que él, como buena dormilona que era, la despertase con un beso.
Había buscado a su príncipe por lugares insospechados, hasta debajo de su cama.
Pero pasaba el tiempo y su ansiado príncipe no llegaba.
Ella se engañaba buscando entre los besos , entre los abrazos de otros , pero no encontraba el calor que necesitaban sus entrañas.

No buscaba un chico alto o fuerte que la protegiera , ni unos labios que colmasen los suyos , buscaba una mirada en la que perderse o quizás... Una mirada en la que encontrarse.

Unas pupilas en las que mirarse todas las mañanas, en las que poder ver su reflejo más íntimo, aquel que solo ella conocía , aquel garabato dibujado en carne , esa caricatura que no definía su personalidad pero si su envoltorio, aquella que era su carta de presentación.

Unos ojos inquietos, una nariz casi inexistente, una boca que debería callar más, unas manos tan pequeñas que cabían en un suspiro, un cuerpo que perfectamente entraba en una caja de música.

Diminuta, así era ella.

Un mota de polvo en la inmensidad del espacio, una gota de tinta en la historia de muchas personas, una muñeca que escribía su propio cuento.